|
|
Una aproximación libre al eslabón perdido con el que el cineasta granadino José Val del Omar pretendía culminar su obra, integrada por lo que él describía como documentales líricos, cinegrafías o elementales. El elemental es una declinación rotundamente poética del documental. Tras los elementales del agua, el fuego y la tierra que integran su Tríptico Elemental de España, Val del Omar se proponía añadir un cuarto film a modo de vértice y vórtice de toda su obra.
Nuevas estampas de Granada –el contrapunto de la cultura arábigo-andaluza que Val del Omar sentía en sus venas con la mirada apresurada de las hordas turísticas (deambulando entre el paraíso cerrado de la Alhambra y los jardines abiertos del Generalife)– dan paso al éxtasis dinámico, progresivamente abstracto y pletórico de imágenes, de un tiempo sin reloj, sin espacio, sin pies ni suelo… Para volver de nuevo a lo cotidiano y a lo mundano, a través de aquellas filmaciones de Val del Omar con un carácter más dietarístico y privado; y, por fin, al surtidor primordial o aguaespejo de la vida.
^ | |
| |
|
|
|