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Val del Omar frecuentó el humilde formato del super-8, desde 1973 al menos (dicha fecha puede fijarse en función de algunas de las imágenes que filmó de la televisión). Del conjunto de estas filmaciones –que suman cerca de dos horas de imágenes– cabe distinguir, a grandes rasgos, entre filmaciones privadas y experiencias de pictolumínica.
Las primeras incluyen registros espontáneos de viajes de ocio y profesionales, de su entorno inmediato, de las personas con las que se juntaba, de las emanaciones televisivas que le repelían o atraían (entre estas últimas, la serie Kung Fu por ejemplo)... y también a modo de cuaderno de notas respecto a motivos que son recurrentes en toda su obra. Algunos rollos que filmó en Granada insisten, así, en aquellos motivos ya presentes en sus filmaciones en 35mm: el jardín paradisíaco de la Alhambra, los ''turistas resbalando'', las cabriolas del agua.
Por otra parte, los registros de sus ensayos de pictolumínica pueden más bien percibirse como apuntes y pruebas para sí mismo de sus búsquedas en curso constante respecto a la unidad PLAT que perseguía. Y para aquello que, en algún momento, entendió que podría constituir una salida comercial para sus experimentos: ''entretenimientos recreativos en TV, de 1 a 3 minutos''. Es decir, molinetes, miniaturas o intersticios destinados a los huecos de continuidad de la parrilla televisiva. [EB]
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