Desde los años sesenta y hasta su muerte, en 1982, la actividad de Val del Omar se vio afectada por constantes tropiezos, en gran parte motivados por los fracasos con que se saldaron sus propuestas de nuevos formatos y mejoras técnicas para la producción cinematográfica y televisiva, por no hablar de otros proyectos y hallazgos más osados o incluso extravagantes. La ceguera de su esposa, y posteriormente, su muerte, también afectaron su estado de ánimo.

Aunque en sus últimos años se rodeó de personas jóvenes –particularmente todo un coro de admiradoras, a las que afectuosamente denominaba sus ''guras''–, recobrando en su compañía la felicidad y la alegría de vivir, por momentos volvía a sentirse abatido y se hundía en la melancolía, tal como reflejan algunos de sus escritos dietarísticos.

Por todos estos motivos, la actividad cinegráfica de Val del Omar, en los últimos años de su vida, se resume aparentemente en una miscelánea de materiales inacabados aunque una y otra vez reelaborados, ni que fuera mentalmente.

Dicha miscelánea abarca desde un trabajo ''de encargo'', tal como podría calificarse la serie Festivales de España –aunque un encargo que él se buscó y que trató de llevar a su propio terreno, parcialmente al menos– hasta la relativa heterogeneidad que presentan sus filmaciones en super-8. Pasando por la unidad que mantienen las múltiples bobinas que filmó en periódicos regresos a su Granada, gran parte de ellas en el formato Bi-Standard concebido por él mismo.

Todos estos materiales presentan un interés propio, incluso en su estado en bruto –a lo sumo ensamblado o como bosquejo de un montaje ulterior que nunca tuvieron–, a la vez que han proporcionado la base para la creación del film Tira tu reloj al agua. [EB]

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